He oído rumores de aquella chica. Dicen que esta perdidamente enamorada, que no sabe que hacer para llamar su atención Dicen que ya no baila como antes. Pobre chica. Se le ve bagar con su cigarro por las calles, andando sin saber a donde ir, parando en cualquier bar para tomar una cerveza. Sus ojos brillan de tristeza, de amargura, derramando algunas lagrimas. Está destrozada, desde aquel día. Dicen que aquella chica un día se armo de valor y le fue a hablar, dicen que el se rió y también dicen que le puso la mano encima. Dicen tantas cosas... ¿A quien creer y a quien no?
El otro día la vi por la calle. Me gustaría haberle dicho que le prometería ayudarla a amar la vida, a abrazarla siempre con ternura, tener la paciencia que el amor exige, llevarle el desayuno a la cama, arroparla cuando tenga frió, le prometería hablar cada vez que hiciera falta y mirarla como si de un tesoro se tratase. Vivir al abrigo de su corazón y llamarlo siempre hogar. Le prometería amarle locamente, en todas las facetas de su vida y no olvidar jamas que este es un amor único en la vida. Aprovecharla al máximo y llevarla siempre, siempre en lo mas profundo de mi alma. Susurrarle que no importan que desafíos puedan separarnos, ya que siempre sabremos como unirnos. Le podría decir tantas cosas...
Aquella chica es mi perdición, y su perdición es el.