NO ME CREAS SI TE DIGO QUE TE ECHO DE MENOS
Te odio, te odio y te odio, es lo que pensaba al mirar a aquel chico que le había echo sufrir tanto. Hasta que le sonreía, y le hacia ese gesto de chico malo que tanto le gustaba. Te quiero, te quiero y te quiero es lo que le decía, cuando le besaba y sus manos grandes, fuertes y varoniles le agarraban de la cintura. Sus cuerpos se unían como imanes y aquel chico que parecía tan fuerte, le susurraba te quiero, ella se volvía loca y claro que se lo creía, como todas aquellas ingenuas chicas. ''Eres diferente, eres la mejor, no te vayas nunca de mi lado'' eran sus frases favoritas, y, cuando acababa el polvo, sus frases se desvanecían en la nada, como al mirar su cuarto vació al despertarse con una nota en su mesilla que ponía; ''Lo siento, me tengo que ir, no quería despertarte, ya te llamare'' ¿Otra vez, se la había jugado? Sus ojos desprendían esa lagrima que tanto odiaba, no volverá a suceder se repetía, pero en el fondo ella sabia que volvería a caer.
Eh chico, no me creas si te digo que te echo de menos, porque no hace falta decirlo